Los propósitos para este año son muchos, como siempre en esta época. Algunos son los clásicos: mejorar mi ingles (ay, otra vez!), perder los 5 kilos (de siempre)... y asi podríamos seguir.
Profesionalmente, el 2014 ha sido un año estupendísimo y lo ha sido, sobre todo, porque he aprendido mucho, mucho, mucho.
Leer, estudiar o profundizar sobre lo que nos gusta hace que abramos la mente y eso es lo que me ha pasado a mí este año que ya ha acabado. Después de casi 20 años ejerciendo como logopeda, acercarme de nuevo a la teoría me ha hecho darme cuenta de lo "corta" que me quedaba muchas veces en mi trabajo, de lo obtusa de mi mirada acerca de muchas cosas y de lo mucho que me queda por mejorar.
Leonardo DaVinci lo explica, evidentemente, mejor que yo.
¡Por un 2015 lleno de teorías por aplicar!
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