Tenemos una mala costumbre
en los colegios. Bueeeeeeno… tenemos
muchas malas costumbres, pero permitidme que me centre en una, ¿vale?
Empiezo de nuevo. Tenemos
una mala costumbre en las escuelas que consiste básicamente en esperar. Sí, en
esperar.
Todos tenemos en mente a algún niño que, ya desde Educación Infantil,
cantaba “por bulerías” que algo no iba bien. Ese, al que la maestra señala y dice
que “le pasa algo”. Pero esperamos. Está “inmaduro”
Es una historia
dolorosamente familiar, porque cuando llega a 1º de Primaria, sigue mostrando, agitando banderas
rojas que tiene dificultades en las áreas del lenguaje- lectura, ortografía,
escritura…
Pero sigue estando “inmaduro” y, además, no se le puede hacer un
diagnóstico hasta que haya completado el proceso de aprendizaje de la lectura,
es decir, hasta que acaba 2º de Primaria. Así que esperamos. Y mientras tanto
seguimos probando lo mismo una y otra vez a ver si algo cambia…
¿Esperamos, a qué?... Pues
esperamos a que falle. Eso sí, esperamos a que falle a la edad que tiene que
fallar aunque venga mostrando sus dificultades años atrás. Todo esto lo digo
desde el total convencimiento de que los docentes que se enfrentan a esto no lo hacen con mala intención, sino todo lo
contrario. Y lo digo con conocimiento de causa. Este problema entre los
docentes NO es falta de interés, sino falta de recursos… el no saber cómo
hacerlo bien.
Eso sí, cuando decidamos
intervenir, será con toda la artillería pesada de que dispone nuestro sistema.
A lo mejor no es demasiado tarde; a lo peor, sí… Hacemos una intervención
cuando ya existe el problema; una intervención reactiva
A esto, en bibliografía en
lengua inglesa se le llama el enfoque del “wait to fail” (modo english-on) y se
considera como una espiral descendente en la que esperando, esperando se nos
puede hacer demasiado tarde.
Esta espiral gira luego con más
fuerza. Se sabe, por
ejemplo, que el retraso en el desarrollo de las habilidades de lectura afecta
el crecimiento del vocabulario (Cunningham y Stanovich, 1998), altera las
actitudes y la motivación de los niños para leer (Oka y París, 1986), y conduce
a la pérdida de oportunidades para el desarrollo de estrategias de comprensión
(Brown, Palincsar, y Purcell, 1986).
La única manera de salir de
esa espiral es educarse, saber qué hacer desde muy temprano. En la intervención
temprana para prevenir los problemas de lectoescritura. Y ya hemos visto en
entradas anteriores cuáles son los tres frentes a los que hay que dirigirse, según las investigaciones:
conciencia fonológica, vocabulario y comprensión (Próximamente, en sus
pantallas)
Me parece de una irresponsablidad tremenda actuar de espaldas a lo que las corrientes científicas nos dictan. Y éstas, además de decirnos dónde tenemos que ahondar, además nos demuestran que esperar a que fallen rara vez funciona.
No podemos quedarnos de
brazos cruzados esperando a que un niño o niña falle. Tenemos que hacer una
intervención antes de que el problema plante cara.
¿La solución? Una
intervención de la que se beneficien todos los niños y niñas de una clase. Una intervención
proactiva.
Así que, ya sabes, ¡PRO-
ACTÍVATE!
Muy de acuerdo con la necesidad de tener referentes teóricos claros. Y también aspectos fundamentales que deberían ser "de obligado cumplimiento", ya que se amparan en estudios científicos. Es un tema muy serio y doloroso para familias y alumnos que, si estuviera bien tratado, evitaria muchos fracasos.
ResponderEliminarUn saludo,
Xavier
¿Cómo cambiaría la historia si fuera como soñamos,verdad? Yo creo que este tiene que ser la finalidad! Es tan doloroso ver cómo afecta esto a tantas familias que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Gracias por el comentario Xavier
ResponderEliminarProactivemonos todos para crear e mejor futuro posible a todos y todas nuestros alumnos/as, porque se lo merecen.
ResponderEliminarGracias Auxi y Mariam, por vuestra sensibilidad y comprensión hacia los demás.
Además de la lógica de esta propuesta, creo que tiene la ventaja de evitar el etiquetado (tan dañino) al abarcar a todo el grupo en la prevención.
ResponderEliminarGracias. Un abrazo.
Montserrat Morales Moreno
Toda la razón en este artículo. Tendemos a esperar y ya actuamos cuando ya es demasiado tarde. En mi caso la formación con respecto a la lecto-escritura en la universidad es escasa, por no decir nula, por lo que se basa en nuestra propia experiencia y en los comentarios, reuniones con los demás docentes y a veces me planteo la siguiente pregunta ¿lo estoy haciendo bien?. Este curso de Conciencia fonológica espero que me sirva para tener más confianza y poder tener la seguridad en "empujar la vaca" y salir de mi zona de confort y enseñar a leer y a escribir con las mejores estrategias y técnicas adecuadas para mi alumnado de 5 años .
ResponderEliminarun saludo :) Inma Rodriguez López
Tienes toda la razón. Has descrito la realidad tal cual es. Vemos como se avecina el fracaso escolar y aunque intentamos tomar medidas, el tiempo y muchas otras variables como ratios altas, traslados de los maestros, y a veces conformidad...juegan en nuestra contra. Es el futuro de los niños lo que está en nuestra mano, y tenemos que intentar llegar a todos ellos, atendiendo a la diversidad.
ResponderEliminarEste tipo de metodología puede ayudarnos a evitar tantas dificultades y solventar problemas de aprendizaje.
Tenemos una gran responsabilidad, y no podemos quedarnos esperando.
Carmen Mª González Pérez 6 de octubre de 2016
ResponderEliminarHas descrito una realidad en el aula, pero opino que aunque en muchas ocasiones “detectamos” un problema y lo ponemos en conocimiento, la solución es tardía ya que hay por medio una burocracia que no por supuesto no ayuda al niño/a.
Debemos abrir un protocolo, aprobarlo y que el orientador/a pueda “estudiar” el caso de ese niño/a que en la mayoría de los casos acaba el curso y no ha sido posible por la saturación de trabajo.
Por supuesto con este curso espero que me ayude a detectar esos “casos” así como ser capaz aprender una nueva metodología lectora para así poder ayudar a mis alumnos en el proceso lector.
Coincido en que no debemos esperar a ver qué pasa con el alumno pero sinceramente a veces no sé realmente qué le ocurre.
ResponderEliminarCreo que me falta formación en ese aspecto. Y (sin eludir mi responsabilidad) a menudo los E. O. no pueden hacer una valoración porque están atendiendo (con toda la artillería, como dices en el artículo) a los alumnos que hemos dejado madurar para ver qué pasa...
Espero conocer y aprender a aplicar la base científica que nos va a aportar este curso, en mi trabajo en el aula; en qué aspectos tengo que ahondar y cómo hacerlo.
Y lo más triste es que ese niño creció y ya con una etiqueta("mal comportamiento, no está quieto ni un segundo con una acividad, pregunta qué hay que poner en el ejercicio, es que no entiende la pregunta, blablabla") en el Centro Educativo.
ResponderEliminarEs verdad,es muy triste no atenderlo en ese justo momento en que la seño vió algo que le "chirriaba" los oídos.
Espero, que con esta ventanita recién abierta, recoja todo aquello que se necesita para prevenir y trabajar en el aula y fuera de ella...¡gracias por abrirla!
Zoraida Manzanares Gambero
Estoy totalmente de acuerdo, debemos realizar una intervención proactiva con nuestro grupo de alumnos/as, y cuanto antes empecemos mejor. El lenguaje es una herramienta fundamental que influye en el resto de aprendizajes escolares y tal y como indican los estudios, fundamentalmente en la lectoescritura. Por ello, la metodología que nos presentáis me parece muy interesante, ya que puede ayudar a prevenir problemas futuros en los niños/as y atiende además a la diversidad del aula al aplicarse al grupo-clase.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo a que deberíamos realizar una actuación temprana, el problema es que al intentar derivarlo al especialista nos piden que esperemos a la maduración del alumno/a y cuando llegan los niños a primaria ya es tarde, pues van con mucho retraso con respecto a sus compañeros.
ResponderEliminarPor tanto espero que lleguemos a conocer más a profundidad la metodología que nos estáis mostrando para ayudar al alumnado que tiene "problemas", que vemos con "algo" antes de que sea más tarde.
José Ángel Royán Alba
Muy de acuerdo con el artículo. Nos dedicamos a esperar o a intervenir con los pocos recursos y formación que tenemos, lo que en muy pocas ocasiones puede desembocar en éxito.
ResponderEliminarLa verdad es que es una pena que la educación en este país no se encuadre en las investigaciones pedagógicas actuales. Estoy convencida de que es uno de los principales problemas que tenemos. En muchos casos se sigue educando como hace años y en otros, cada vez más, se siguen las nuevas corrientes pedagógicas pero sin sistematización, lo que hace que los métodos pierdan eficacia.
Muy en acuerdo al artículo que me ha hecho pensar y repensar sobre nuestra función y lo que nos condiciona o nos deja condicionar la burocracia... Pasando esta de ser una herramienta a una excusa para la pasividad docente... En muchos casos.
ResponderEliminarPodemos hacer más. Tenemos formación para hacer más y si no la tenemos podemos buscarla.
Hace falta cultura de diálogo docente y de intercambio de experiencias desde las cuales conocer más aspectos, posibilidades y tener una mente abierta y empática con todas las circunstancias en las que pueda estar un alumno o alumna.
Totalmente de acuerdo con el articulo. Es lo que siempre pasa, no se le da ninguna importancia en su momento cuando se detecta a un alumno con dificultades y cuando se actúa ya es tarde.
ResponderEliminarSomos los maestros los que tenemos que tener iniciativa y formarnos para prevenir posibles dificultades porque sólo con el papel del orientador no es suficiente.
Es imprescindible una detección precoz de las dificultades que presente cualquier alumno o alumna para poder intervenir de la manera más temprana posible. Esto a veces acarrea problemas, unas veces por falta de medios, otras por las dificultades en cuanto a detectar el propio problema y otras , y por qué no decirlo, a problemas burocráticos.
ResponderEliminarLo que sí es cierto es que una buena FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICA nos sirve de apoyo y "acicate" a la hora de defender y tomar una decisión de cómo actuar ante el alumnado que presente dificultades en lecto-escritura.
¡Cuánta razón tiene el texto! Personalmente pienso que cuanto antes se realice la prevención, mucho mejor será para nuestros discentes.
ResponderEliminarya que cuánto más se tarde más lenta será su evolución, lo que puede conllevarlo a un fracaso escolar.
Esa es la realidad que nos encontramos en nuestro quehacer diario. Y ante ello lo único que podemos preguntarnos es qué podemos hacer nosotros y nosotras, los profesionales para paliar en lo posible este retraso en la intervención psicopedagógica. Tal vez una posible ruta sería comenzar a utilizar recursos que aplican logopedas, que aportan un gran beneficio para ese alumnado y complementan al resto.
EliminarCarmen Pérez de Miguel
Mercedes del Hoyo
ResponderEliminarEstá claro que “más vale prevenir que curar”. Pero el problema surge cuando no sabemos en qué consiste verdaderamente el problema (solo tenemos algunas intuiciones), y sobre todo, en cómo intervenir.
De acuerdo con todas las compañeras que apuntan a que nos falta formación, medios, que la burocracia nos dificulta el acceso a los pocos recursos de que disponemos.
También hay que decir que está muy bien apelar a que intentemos ser buenos profesionales, pero a veces se nos piden cosas que están fuera de nuestra competencia y formación.
Totalmente de acuerdo con el artículo, por ello estamos formándonos, para poder suplir desde nuestra funciones las carencias que puedan tener y detectar cualquier dificultad de aprendizaje que el alumnado pueda tener. Este año mi Centro comienza una nueva andadura como Centro Leeduca, los docentes vamos a poner toda la carne en el asador para llevar a cabo en la clase una intervención proactiva. El problema para mí surge después, ¿nos darán todos los recursos necesarios cuando detectemos a un alumno/a con dificultades?
ResponderEliminarAna Belén Vázquez Ruiz
EliminarNo hay mayor verdad como la que queda reflejada en el texto. De hecho es esa la idea que te inculcan y enseñan a lo largo de la carrera y la ilusión con la que comienzas a trabajar. Perseguir ese gran e importante objetivo como es facilitar esa ayuda a los niños que la necesitan y que aunque más tarde esa misma ayuda les sea prestada no les dará el mismo fruto, pues hemos conseguido que ese camino tan bonito y gratificante como es la educación se haya convertido en un camino empredado y lleno de obstáculos para ellos, encontrándose perdidos e incomprendidos. Y es que no hay nada más evidente hoy día "cuanto más temprana sea la intervención y de más alta calidad mayores y más efectivos serán los cambios conseguidos". La pregunta que me hice cuando comencé a trabajar y aún sigo custionándomela es ¿la Atención Temprana existe en este país, y más concretamente, en nuestra Comunidad?
ResponderEliminarAna Pérez.
ResponderEliminarComo PT ya nos llegan con los problemas de aprendizaje lectoescritor muy asentados; con la autoestima muy baja y agobiados por el fracaso escolar junto a la presión de los padres sobre ellos y sobre el profesorado.
Si el equipo de orientación espera a que termine de "madurar" también nos encontramos al profesorado de primaria desbordado por las demandas del grupo clase numeroso y heterogéneo que no tienen tiempo ni herramientas para bregar con este alumnado.
este texto es una verdad como un templo, siempre pretendemos ayudar a nuestro alumnado en todo lo posible, pero una cosa es la teoría y otra la práctica.....
ResponderEliminaren nuestro sistema educativo se habla de la detección temprana, pero luego la realidad es muy diferente, tenemos ratios elevadísimas en las aulas, los compañeros del EOE no pueden atender a más alumnado ya que están saturados, se nos dice que los niños en educación infantil son demasiado pequeños o que son inmaduros y que ya en Primaria se verán los casos, nos falta formación a nosotros mismos para poder detectar estas cosas, etc
trataremos de ayudar a nuestro alumnado en lo máximo posible llevando a cabo este programa y así poder solucionar futuros problemas con la asimilación de la lectura y la comprensión oral.
Intervención proactiva; un término que define claramente cómo debe ser nuestra intervención en el aula, dirigida al beneficio de todos el alumnado y como compensación de sus distintas necesidades. Sin duda este curso ha sido muy enriquecedor. Gracias por aportarnos tanto con él.
ResponderEliminarEs triste, pero es la realidad que a menudo vivimos en las aulas. Desde las primeras semanas vemos al alumno/a al que todas las maestras de infantil calificamos con el diagnóstico de “este niño tiene algo”. Y, ¿qué hacemos para que ese alumno avance? Lanzamos balones y esperamos, unas veces a que madure; otras, a que sea visto por el equipo de orientación; sin darnos cuenta, o sin querer darnos, de la responsabilidad y el deber que como tutores tenemos de poner al alcance de los niños y niñas todos los recursos y ayudas necesarias para hacerles avanzar en sus conocimientos, teniendo en cuenta las dificultades y el ritmo de cada niño.
ResponderEliminarEstamos acomodados, usando lo que siempre ha funcionado o creemos que ha funcionado, aunque eso que siempre ha funcionado haya sido solo con una mayoría de la clase. Y, ¿qué pasa con el resto?, ¿Qué pasa con esos alumnos del “este niño tiene algo”? Pues esperamos…
Estoy bastante de acuerdo con esta entrada, deberíamos hacer más caso a las evidencias científicas que favorecen a todo nuestro alumnado aunque ello suponga romper con nuestros esquemas y poner en marcha nuevas estrategias.
Sin duda, me ha parecido un curso interesantísimo, ya que personalmente me faltaba bastante formación al respecto.
Como maestra de PT estoy de acuerdo que es muy importante prevenir e intervenir cuanto antes. A veces, se hace difícil pero no imposible, con nuestras buenas intenciones y nuestra pequeña base científica podemos poner en práctica y superar todas las dificultades de nuestro alumnado.
ResponderEliminarComo Maestra de Educación Infantil considero que es esencial la intervención temprana en todos los aspectos, ya que en la infancia se asientan las bases del desarrollo posterior y de los futuros aprendizajes. Por ello, la formación del profesorado y la dotación de recursos a los centros educativos es clave para una adecuada prevención, detección e intervención.
ResponderEliminarQue razón tiene este artículo. A qué maestro no se nos ha presentado algún alumno/a que ves que no avanza, que no lo "pillas", que no sabes "por donde cogerlo"...que diferente serían las cosas si pudieramos contar con el asesoramiento y la orientación de los profesionales que sí saben por "donde cogerlos" y que ellos nos hicieran un camino por el que caminar y ayudar a ese alumno/a a sentirse capaz e incluido, sí digo incluido, porque a veces ellos mismos son conscientes de que no llegan a comprender como lo hacen sus compañeros. Por ello, debemos como bien dice el artículo por-activarnos, activarnos nosotros mismo para poder impulsar a ese alumno/a y que se sienta pleno y capaz y de ese modo nosotros sentirnos completos, digo completos porque mas de una vez me ido a casa dándole vueltas y vueltas de por qué no lo consigue, de por qué no consigo engancharlo.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por hacernos pensar y abrirnos los horizontes.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDesde luego los maestros y maestras tenemos una responsabilidad muy grande y no somos conscientes de ello. Mientras las demás profesiones evolucionan de una manera avismal, la enseñanza queda atascada por años. Una vez escuché un ejemplo que me abrió los ojos al respecto: Si la serie "Águila Roja" cogiéramos a sus personajes y los trasladáramos al siglo XXI el médico en un quirófano actual no sabría qué hacer ni por donde empezar, igual le pasaría a un cocinero, sin embargo, si el maestro de "Águila Roja" viajara en el tiempo podría dar clases casi sin dificultad porque la gran mayoría de métodos y utensilios se siguen utilizando en la actualidad.
ResponderEliminarPor eso es necesario que maestros y maestras salgamos de nuestra zona de confort y sigamos las investigaciones científicas y pedagógicas que actualmente llenan las bibliotecas y las revistas.
Excelente artículo. Describe perfectamente la realidad, las realidades que nos encontramos a diario en nuestras aulas. Está claro que detectamos dificultades pero no siempre sabemos como afrontar su resolución. Ya sea por falta de estrategias o de recursos con frecuencia vemos a un alumno en el transcurso de su vida escolar con el mismo problema que lejos de solucionarse se va incrementando cual ovillo de lana. Para entonces el fracaso escolar se ha instaurado en su vida con su apatía correspondiente, baja autoestima, estrés emocional, etc. Como maestra en la etapa de infantil me siento muy responsable de casos de este tipo y considero fundamental una muy buena formación por parte del docente, una mayor coordinación y apoyo de los especialistas de audición y lenguaje así como una mayor implicación de la familia para dar respuesta a este tipo de problemas.
EliminarCreo que el artículo nos invita acertadamente a que en los centros haya un programa de estimulación del lenguaje generalizado desde infantil. En cuanto a lo que hay niños-as que su situación en el aula "canta por bulerías", es decir, manifiestan unas señales claras de que hay problemas, no siempre debe achacarse a una insuficiente aplicación de recursos por parte de la institución educativa, ya que como dice Álvaro Doña, psiquiatra infantil de la USMI de Torremolinos, hay otros factores como el entorno, el apego, las situaciones emocionales y la ansiedad que si no se tienen en cuenta pueden confundir el diagnóstico al enmascarar el verdadero origen de las dificultades.
ResponderEliminarA esta situación nos enfrentamos diariamente en las aulas con nuestros alumnos/as. Viene de lejos, de hace tiempo y en ocasiones nos sentimos impotentes al no poder hacer nada por falta de recursos, así como de conocimiento en el tema para poder actuar. Delegamos en los/as especialistas de PT y AL, y como bien expone el texto, va pasando el tiempo, se va dejando, hasta que llega el fracaso. Ante esto, veo de vital importancia que las/os maestros/as nos formemos en estos aspectos para que podamos hacer algo, mitigar en lo posible las dificultades de nuestros niños/as. Pero creo que además de formarnos, ya que esto viene de hace tiempo, se debería poner remedio a esa falta de recursos y dejadez por parte de quien le corresponda, entendiéndose desde Delegación, Consejería … Que todos tomemos conciencia de esta problemática, y se intente mejorar por parte de todos.
ResponderEliminarMARÍA MARISCAL HERNÁNDEZ
Estoy de acuerdo con realizar una intervención proactiva ya que de esa manera realizaríamos la compensación de las desigualdades individuales y el derecho a alcanzar un desarrollo evolutivo lo más normalizado posible y una vida plena e independiente de todas las personas. Una lástima que los recursos estatales no alcancen a dar cobertura a todo lo necesario, porque, ¿qué sucede si las familias afectadas tampoco pueden hacer frente? Sin duda, esos derechos de los niños se ven menoscabados.
ResponderEliminarRAQUEL ROMERO SÁNCHEZ
Me parece muy certero es artículo, ya que describe la realidad que vivimos en las aulas con cada grupo de alumnos y que por desgracia repercute en el bienestar y en el desarrollo de nuestro alumnado. Pienso que se debería utilizar un programa de estimulación del lenguaje desde edades tempranas y emplear una metodología basada en el método científico para paliar dichas dificultades.
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