martes, 10 de febrero de 2015

Conciencia2

Mariam y yo llevamos este año de “tournée” por varios Centros del Profesorado dando algunos cursos y charlas sobre el programa de desarrollo de la conciencia fonológica y otras habilidades orales que comenzamos a aplicar en el CEIP Juan Paniagua de Almayate (Málaga) hace ya tres años. También hemos tenido la ocasión de dirigirnos a estudiantes 4º del Grado de Magisterio de Educación Primaria y del Grado de Educación Infantil
En estos cursos, en donde habremos hablado con cerca de 400 estudiantes, maestros y maestras de infantil, de PT, de AL, orientadores y orientadoras…  y en todos estos encuentros hemos empezado nuestra exposición con una pregunta: ¿Qué aspectos crees que influyen en la adquisición de la lectoescritura?
Las respuestas, tanto de los que ya están dentro del sistema como docentes, como la de los que están por entrar,  han sido, sobre todo, las siguientes: lateralidad, discriminación auditiva, discriminación visual, atención, orientación espacial, psicomotricidad, motivación, entorno familiar
Pero nunca, en ninguno de estos momentos, ni los que están ni los que van a estar nos han dicho “Conciencia Fonológica”, y mucho menos vocabulario y comprensión. Ni uno. 
¿No os sorprende?... ¿no os asusta?... Aunque, a decir verdad, a mí los que me asustan no son los que vienen a los cursos, que muestran interés e intención de aprender y mejorar. Me asustan (¡y de qué modo!) los que ni están, ni se les espera…
La cosa es que cuando les explicas qué es la conciencia fonológica te suelen decir “ah!, eso lo hago yo!”. Como dijimos la semana pasada, saben lo que es, pero no saben su nombre.
Un paso más. Preguntamos ahora que te digan tipos de actividades de conciencia fonológica, la actividad “estrella” es: “dime una palabra que empiece por pe”.
Cuando ven que la conciencia fonológica tiene niveles, ven lo cojos que se quedan.
Estos niveles son como escalones que nos llevan a facilitar el manejo del lenguaje oral. Manipularemos segmentos del lenguaje oral desde los más grandes (frases) hasta los más pequeños (fonemas).
A cada edad, se le asociará un nivel de Conciencia Fonológica adecuado, tomando como referencia las palabras de Sylvia Defior que asume que a partir de los 4 años, los niños y niñas pueden hacer juicios sobre sílabas, y a los cinco años, son capaces de trabajar sobre unidades más pequeñas. Comprende cuatro niveles diferentes, de modo que los niños, a partir de los 4 años pueden hacer juicios sobre sílabas, y a los cinco años, son capaces de trabajar sobre unidades más pequeñas.
Niveles de conciencia fonológica quedan así, y cada uno se corresponde, evolutivamente con una edad evolutiva. Los tres primeros niveles (conciencia sintáctica, léxica y silábica) deberían ser trabajados ANTES  de enfrentar al alumnado a la lectura, y los dos niveles relacionados con los fonemas pueden también ser trabajados antes o, al menos, paralelamente al aprendizaje de la lectura, junto con el principio alfabético (próximamente en sus pantallas)Todo nos empuja a aplicarlo en infantil, pronto… cuando se tienen que establecer las bases de la lectura. Cuando hay que hacer esa “Aproximación a la lectoescritura” que tan locos nos tiene. Esta es la aproximación.
Y no está reñida con ningún método de lectoescritura porque, por encima de todos ellos, está la ciencia que nos dice que el trabajo en Conciencia Fonológica es el camino, junto con otras habilidades orales: morfosintaxis, vocabulario y comprensión. Basándonos en esta idea, así es como queda estructurado nuestro programa de estimulación o, como me gusta a mi llamarlo (pero queda muy repipi) programa de intervención proactiva en Educación Infantil.



Sabiendo todo esto, ya es responsabilidad nuestra no dejar de hacerlo, ya que los que tienen que hacerlo no lo hacen. Sin duda,  son ellos los IN-conscientes…

1 comentario:

  1. Bien dicho, seamos conscientes de lo importante de nuestro papel, aún mas en la escuela pública.

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